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Lolita Pluma, alimentadora felina

22 de Febrero de 1987: ‘Santa Catalina park’ pierde a Lolita Pluma. Lolita Pluma es uno de los personajes más extravagantes, populares y entrañables que ha tenido Las Palmas de Gran Canaria. Lolita falleció el 21 de febrero, aquejada de graves problemas estomacales y por una inflamación en el hígado.  La noticia de su fallecimiento causó dolor y consternación entre sus abundantes amigos del parque de Santa Catalina. Era una enamorada de los gatos; alimentaba a todos los que se encontraba. Lolita nació accidentalmente en La Isleta, aunque su familia procedía de Arucas. Conoció el parque Santa Catalina de niña por medio de su abuela que la llevaba allí cuando bajaba a la capital grancanaria. El apodo de pluma le viene de herencia. Ya se lo llamaban a su abuelo y a su padre porque eran de los pocos que sabían escribir a pluma en aquel entonces. Se casó, se separó y se vino al parque Santa Catalina, donde se dedicó a vender flores de papel y luego sus fotografías. Periódico CANARIAS 7

Esta fue la noticia que publicó el periódico local después de su muerte.

Y es que nuestra protagonista, María Dolores Rivero Hernández, nacida en 1904 y conocida cariñosamente, como «Lolita Pluma» fue muy querida, nos aventuramos a decir que ha sido la alimentadora felina más homenajeada. Era un tiempo en que no se sabía nada sobre colonias felinas, y en el que no estaba permitido ser diferente (los años 50 en España). Ella se convirtió en todo un ídolo popular en Las Palmas de Gran Canaria justamente por eso.

El apodo de «Pluma», por lo visto, lo heredó de su padre y de su abuelo. Los llamaban así porque eran de los pocos que sabían escribir con pluma.

De joven se casó, pero poco tiempo después se separaría. No sabemos si fue a raíz de ese matrimonio fallido, pero lo cierto es que acabó con problemas psiquiátricos. Se dedicó a ganarse la vida como podía, vendiendo flores de papel, chicles y postales a los turistas.

Los gatos de la calle la adoraban, y ella los alimentaba con mucho cariño y ternura.

Su vestimenta y maquillaje, a base de colores chillones y estridentes, no pasaba desapercibido. Creó su propia «moda» en la línea de lo que hoy sería Agatha Ruiz de la Prada y se convirtió en «musa» de lo estrambótico.

Lolita dominaba el lenguaje de la calle y tenía tanto carácter que la gente se cuidaba mucho de llevarle la contraria. Aunque siempre sacaba una sonrisa a su interlocutor, tenía respuesta para todo.

Iba todos los días al parque Santa Catalina, a vender lo que podía a los turistas, y a cuidar y dar de comer a los gatos que por allí rondaban, que eran sus protegidos. Todos allí lo sabían, nadie se hubiera atrevido a hacerles daño. 

Sin saberlo, Lolita se convirtió en una atracción. Era una mezcla de libertad, decadencia y humanidad. Vivió un momento en que era imposible ser diferente. Pero vivía ajena a las normas estéticas y ella mostraba, orgullosa, bajo el maquillaje, sus múltiples arrugas, dibujadas por el dolor y la pena.

Y poco a poco se fue ganando el cariño y el respeto de la gente convirtiéndose en un personaje muy querido y popular, en una época en la que no existían las televisiones. Dicen que era visita obligada ir y hacerse una foto con ella. Sin duda cientos de familias la tendrán presente aún hoy en sus álbumes de fotos familiares.

En Las Palmas de Gran Canaria, en el Parque de Sta. Catalina donde solía alimentarlos, actualmente puedes encontrar una escultura de ella, rodeada por sus gatos.

Incluso el cantante Braulio le compuso una canción:

Gracias por acompañarnos hasta aquí.

Recuerda que si tienes cualquier problema con colonias felinas puedes contar con nuestra ayuda.

Articulo basado en: http://historiascanarias.blogspot.com/2010/01/lolita-pluma-1904-1987.html#

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