El viernes pasado asistimos al bochornoso espectáculo de ver cómo La Sexta, una cadena de televisión pretendidamente seria, emitía un supuesto reportaje de investigación con el título «El reino de los gatos«, en el que abordaba el tema de las colonias felinas sazonándolo con mentiras, medias verdades y tergiversaciones varias y poniendo a los gatos en el punto de mira.
Como no puede ser de otra manera en este artículo os traemos nuestra opinión al respecto.
La importancia de distinguir entre información verificada y desinformación
La libertad de información es un derecho fundamental en cualquier sociedad democrática, pero ¿qué pasa cuando esa libertad se utiliza para difundir bulos y mentiras? En este artículo exploraremos la relación entre la libertad de información y los bulos que en los últimos tiempos hemos visto que circulan por los medios para estigmatizar las colonias felinas y criminalizar a las personas que cuidan de ellas.
Antes de profundizar en el tema, es importante entender qué son los bulos y mentiras esparcidos a través de los medios, también llamados fake news. En pocas palabras, son información falsa o engañosa que se difunde con la intención de engañar o manipular a la gente.
En un mundo en el que la información se difunde rápidamente a través de internet y las redes sociales, es importante ser críticos con lo que leemos y compartimos. A veces, los bulos y mentiras pueden parecer creíbles y bien elaborados, pero es importante verificar siempre la fuente y la veracidad de la información antes de compartirla o creerla.
Libertad de información vs manipulación mediática. ¿Dónde está el límite?
El reconocimiento del derecho a la información en el art. 20.1.d) de la Constitución Española se considera una garantía determinante para la formación de una opinión pública libre y plural, así como la consolidación del Estado social y democrático de Derecho. La libertad de información es un derecho fundamental, pero como cualquier derecho, no es ilimitado. En algunos casos, los bulos y mentiras pueden caer bajo la categoría de discurso de odio, difamación o incitación a la violencia, lo que significa que no están protegidos por la libertad de información. Sin embargo, incluso si los bulos no cruzan esta línea, su difusión puede tener consecuencias graves, como la desinformación y la manipulación de la opinión pública. Y hay que recordar que el derecho a la libertad de información no es solo para el emisor, sino también para el receptor. La Constitución reconoce en su art. 20 el derecho fundamental que todos tenemos a recibir una información veraz.
La veracidad como límite del derecho a la información
El principio de veracidad es una garantía jurídica, fijada no solo en la Constitución española, sino en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional y diferentes posicionamientos doctrinales en relación a esta materia.
El Tribunal Constitucional ha destacado que la libertad de expresión se refiere a juicios y opiniones, mientras que el derecho a la información se refiere a los hechos con relevancia pública, es decir, que sean noticiables, y obliga a que dicha información sea veraz.
La STC 105/1990, de 6 de junio explica que «información veraz es aquella información comprobada según los cánones de la profesionalidad informativa». La información errónea, por tanto, no está protegida. Si el informador quiere situarse bajo la esfera de la protección del artículo 20. 1 d) CE, debe comprobar la veracidad de los hechos que expone.
Bulos y mentiras acerca de las colonias felinas: desmontando mitos
Las colonias felinas, también conocidas como colonias de gatos comunitarios, han sido puestas en el punto de mira en los últimos años por ciertos colectivos que creen (y así lo transmiten en el programa analizado) que representan un riesgo para la salud humana y para la conservación de otras especies. Sin embargo, estos mitos interesados están muy lejos de la realidad.
A) ¿Son las colonias felinas un riesgo para la salud humana?
Uno de los mitos más comunes acerca de las colonias felinas es que representan un riesgo para la salud humana. Se dice que los gatos pueden transmitir enfermedades peligrosas a las personas, como la rabia o la toxoplasmosis. Sin embargo, estos mitos son totalmente infundados. La mayoría de los gatos no transmiten enfermedades a los humanos.
¿Hay riesgo (significativo) de contagiarse de rabia a través de un gato en España?
No, no lo hay. Los gatos no se consideran hospedadores de esta enfermedad. No ha habido ningún caso documentado de transmisión de gatos a humanos en España. En España desde el año 1978 no se ha registrado ningún caso de rabia humana autóctona, y se considera que una enfermedad prácticamente erradicada. Únicamente en las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla se dan, de forma esporádica, casos importados, pero ninguno de gatos.
¿Hay riesgo (significativo) de contagiarse de toxoplasmosis a través de un gato en España?
No, no lo hay. La toxoplasmosis es una enfermedad causada por un parásito llamado Toxoplasma gondii. Aunque puede ser grave en personas con un sistema inmunológico debilitado o en embarazadas, en la mayoría de los casos la toxoplasmosis no presenta síntomas o son síntomas leves similares a los de la gripe. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la inmensa mayoría de las personas contraen la infección a través de alimentos contaminados (carne poco cocida o cruda, verduras que no han sido bien lavadas), y en algunos casos, el contacto con tierra contaminada. Tener un gato o tener un contacto directo con gatos NO constituye un mayor riesgo de adquirir toxoplasmosis. La transmisión del parásito de los gatos a los humanos es extremadamente remota. No todos los gatos están contaminados, y de los que lo están, no todos excretan el parásito en sus heces. De hecho, los gatos solo excretan el parásito durante un breve período después de la infección, por lo que la probabilidad de infección es muy baja. Existe un mito que dice que debes deshacerte de tu gato si estás embarazada. Nada más lejos de la realidad. Esta es una idea errónea común que ha llevado a muchos gatos a ser abandonados o entregados a refugios innecesariamente. Hay medidas sencillas que se pueden tomar para reducir el (ya de por sí bajo) riesgo de infección. Mantener a tu gato en interiores, evitar limpiar la caja de arena o, en caso de hacerlo, lavarse bien las manos después, son algunas de las precauciones. Por tanto, siguiendo estas precauciones es perfectamente seguro tener gatos durante el embarazo.
B) ¿Representan las colonias felinas un riesgo para la conservación de otras especies?
Otro mito común acerca de las colonias felinas es que representan una amenaza para otras especies, especialmente para las aves. Se dice (erróneamente) que los gatos callejeros matan a aves y otros animales salvajes en grandes cantidades, lo que afecta negativamente a la biodiversidad.
Sin embargo, los estudios científicos demuestran lo contrario.
¿Cuál es la especie que más animales ha extinguido?
Si se trata de buscar culpables, sería conveniente mirarse en un espejo. La biodiversidad del planeta está siendo amenazada por varias especies animales, pero hay una que tiene un especial protagonismo. El homo sapiens es una especie del orden de los primates perteneciente a la familia de los homínidos, que en latín se traduce como “hombre sabio”. Esta especie se ha convertido, sin discusión alguna, en el mayor depredador del planeta, y su actividad ha llevado a la extinción de innumerables especies animales y vegetales. La huella ecológica del homo sapiens es enorme. Nuestra especie ha modificado la naturaleza a su antojo, cazado y pescado de forma excesiva durante siglos, lo que ha llevado a la extinción a muchas especies animales, como el Bucardo (cabra montesa oriunda del Pirineo, que fue víctima de la caza indiscriminada y de la falta de previsión para abordar un plan de conservación), la cabra de la montaña de Tenerife o la tortuga gigante de las islas Canarias. También tenemos al borde de la extinción al Lince ibérico, el Oso pardo cantábrico, el Urogallo cantábrico, el Lobo ibérico, el Búho Real, o la Cigüeña negra, y eso solo en España.
Los cazadores…¿gestores de la Naturaleza?
La caza es una actividad que ha sido practicada por el ser humano desde tiempos prehistóricos para la alimentación de las familias. Sin embargo, ese fin original hace mucho que dio paso a su práctica recreativa. Sus defensores intentan preservar el sangriento disfrute de una afición que no solo no es útil, sino que se ha convertido en una amenaza para la biodiversidad. Los cazadores suelen justificar su actividad como una forma de controlar poblaciones de animales y evitar el daño a cultivos y propiedades. Sin embargo, las supuestas ventajas de la caza no son tales.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la caza es “una de las principales causas de la disminución de la biodiversidad en todo el mundo”. Por si fuera poco, un estudio de 2019 publicado en la revista científica Biological Conservation concluyó que la caza es “el principal factor detrás de la extinción de mamíferos y aves en todo el mundo”. Según afirma un estudio publicado en The Royal Society, más de 300 especies de mamíferos están al borde de la extinción debido a la caza furtiva. “Se calcula que el tráfico mueve entre 8.000 y 20.000 millones de euros al año y no tiene nada que envidiar al tráfico de drogas o de armas. Está llevando a la extinción a cientos de animales y plantas y es la segunda amenaza para la biodiversidad, después de la destrucción del hábitat”.
La caza, como vemos, ha sido una de las principales causas de extinción de especies en todo el mundo. Se estima que los cazadores han sido responsables de la extinción de más de 1.000 especies de animales y plantas en los últimos 500 años.
Pero afectar al ecosistema no es solo extinguir especies, sino también contaminar el terreno por el plomo de su munición o alterar sus poblaciones, descompensando la biodiversidad.
Los cazadores o pescadores para su mayor disfrute, introducen especies que les gusta cazar en áreas donde no existen de una forma natural, lo que puede tener un impacto devastador en los ecosistemas locales. En Europa, según la ONU, una de cada tres especies está en peligro de extinción por esta causa.
El Cangrejo rojo americano y la Perca americana (black-bass) fueron introducidas en España para la pesca deportiva, y ahora están dentro del catálogo de especies exóticas invasoras. El Faisán común (Phasianus colchicus), es una especie originaria de Asia que se introdujo en España para la caza deportiva y llegó a estar catalogada como especie invasora. El Muflón, el Arruí, originario de África y la Codorniz japonesa fueron introducidos en España para la práctica cinegética y como se puede comprobar, han acabado en el catálogo de especies invasoras.
Sin embargo, lejos de sentirse culpables por tal causa, los defensores de la caza incluso exigen a las Administraciones un pago «por sus servicios».
¿Qué supone que una especie sea considerada especie exótica invasora?
Una vez que una especie exótica se considera invasora, se toman medidas para controlar o erradicar su población. Esto puede implicar la eliminación letal (muerte) de individuos o la implementación de barreras físicas para limitar su propagación. Estas medidas pueden llevar a la extinción de la especie invasora.
Formar parte de ese catálogo supone que están sentenciadas a muerte, a pesar de haber sido introducidas por del hombre (en este caso, del cazador) en un hábitat ajeno al suyo.
¿Es el gato una especie exótica invasora?
No, no lo es.
En el programa emitido “El reino de los gatos” se ha argumentado sin base alguna que los gatos son una especie exótica invasora y que su presencia en la naturaleza es perjudicial para la biodiversidad local. Afirman falacias como que “se han convertido en la especie invasora más dañina después de las ratas” y que “son responsables del 25% de las extinciones animales”.
La evidencia científica existe y demuestra que estas afirmaciones son falsas.
Los gatos no son considerados una especie exótica invasora. Si revisamos el Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, por el que se regula el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras y además echamos un vistazo a la web del Ministerio, comprobaremos que el gato doméstico (Felis catus) no está incluido en esta categoría. Tampoco se encuentra en el listado del Real Decreto 216/2019, de 29 de marzo, por el que se aprueba la lista de especies exóticas invasoras preocupantes para la región ultraperiférica de las islas Canarias. En la actualidad según el informe de GEMFE (Grupo de Especialidad de Medicina Felina) de AVEPA (Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales) no existe ninguna especie animal que se haya extinguido o esté gravemente amenazada a causa de los gatos. Existen numerosos informes científicos que avalan esta realidad, citamos dos de ellos:
– GEMFE (Grupo de Especialidad de Medicina Felina de AVEPA) de AVEPA (Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales) han contribuido con un informe sobre gatos y biodiversidad.
– Octavio Pérez Luzardo junto a otros veterinarios de AVATMA (Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia y del Maltrato Animal) y una doctora en medicina, tambien dan razones basadas en la ciencia sobre gatos y biodiversidad, asi como enfermedades con su incidencia en España y gestión de las poblaciones felinas. Lo podéis encontrar aquí.
Hay que tener en cuenta que los gatos no están adaptados para vivir en la naturaleza sin la ayuda de los humanos, son animales domésticos y es muy poco probable que sobrevivan por sí mismos sin ayuda humana en el medio natural.
El control de su reproducción mediante el método CER (Captura-Esterilización-Retorno) es el único modo que, además de ser ético, por su efectividad está científicamente probado.
Por tanto, según lo expuesto, desde Aboganimal:
Equipo Aboganimal
- DENUNCIAMOS que desde una cadena de televisión de emisión estatal se intente manipular la opinión pública, dirigiéndola hacia medidas que podrían suponer el exterminio o abandono de los gatos, con graves consecuencias negativas, no solo para la protección animal, sino también para el equilibrio ecológico.
- RECORDAMOS que abandonar, lesionar o matar a los gatos comunitarios son delitos tipificados en el Código Penal.
- EXIGIMOS que esa cadena se retracte públicamente. En caso contrario, adoptaremos las medidas oportunas en defensa de los derechos de los animales.