Estos días conmemoramos los 65 años del trágico viaje espacial de Laika, la primera perra en el espacio, enviada por los rusos en 1957. Hay muchos animales que han sido víctimas de la ambición humana y fueron utilizados en la carrera espacial que disputaron varias naciones.
Muchos fueron perros… pero no todos.
¿Sabíais que también ha habido gatos en el espacio?
Conoce a Félicette: la astrogata, enviada por Francia en 1963.
Al igual que Laika, Félicette era también callejera. Junto con otras 13 gatas, fue seleccionada por su carácter. Todas las aspiranes forzadas a viajeras espaciales eran hembras, ya que su comportamiento suele ser más tranquilo. Ninguna tenía nombre antes del lanzamiento, solo números. De este modo evitarían que los científicos se encariñaran con ellas. Todas tenían electrodos permanentes implantados quirúrgicamente en el cerebro para evaluar su actividad neurológica durante las pruebas.
Las 14 gatas pasaron por un entrenamiento intensivo de dos meses, que incluía técnicas como la centrifugación a alta velocidad, grandes ruidos, confinamiento, tolerancia a la sujeción, etc.
Al final la elegida fue la número ‘C 341’, debido a la calma y disposición que mostró en el entrenamiento; La llamaron Félicette, en honor a Félix el gato, un personaje de cómic famoso en el cine mudo.
Félicette realizó su vuelo el 18 de octubre de 1963, fueron 15 minutos en total. Despegó a bordo del cohete Véronique AG1, del cual ella era la única pasajera, viajando a 6 veces la velocidad del sonido, y soportando fuerzas de hasta 9.5 G. El recorrido hasta la ionósfera duró 10 minutos, hasta los 157 km. Pasó 5 minutos flotando en el espacio, experimentando la ingravidez. Los científicos la monitoreaban a través de los electrodos implantados en todo su cuerpo.
Finalmente, la cápsula que contenía a Félicette se separó del cohete y regresó en paracaídas, sana y salva al suelo, aterrizando no muy lejos del lugar de donde había despegado.
Pero, a pesar de volver sana y salva… lamentablemente fue sacrificada unas semanas después para investigar su cerebro.
Desde entonces entró en el olvido.
En el caso de Laika, al menos dos monumentos se han construido en su memoria. Otros animales espaciales recibieron su tributo.
Pero Félicette no recibió una conmemoración comparable.
Tuvo que pasar mucho tiempo para ello. Hasta 2018 la felina cósmica no tuvo su estatua.
Fue costeada mediante un proceso de crowfounding, que podéis ver aquí.
Félicette, sentada sobre un globo, contemplando las estrellas, recibe a los invitados en el Vestíbulo de los Pioneros del Espacio en la Universidad Espacial Internacional de Estrasburgo, Francia.
Os dejamos un video de su historia: